Sin candados en los pasaportes


Foto de: "20minutos.es"

Foto de: «20minutos.es»

«¡Me la gané!» Dijo en alta voz un joven eufórico que salía del Departamento de Inmigración y Extranjería de Diez de Octubre esgrimiendo su pasaporte en la mano derecha y un plástico transparente con papeles en la otra. Tan contento estaba con la noticia que agitaba su salvoconducto de viaje como quien blande una espada. Abrazó a las personas que lo esperaban afuera y que parecían familiares o amigos y uno de ellos sentenció con júbilo: «te dije que este era tu año», como quien le anunciara la buena fortuna. Otro apuntó, ‘ya puedes comenzar una nueva vida’, como si lo hubieran liberado después de muchos años de cárcel. Las personas cercanas al grupo se rieron porque uno de ellos apuntó que «comenzar una nueva vida» era una redundancia. Un integrante del mismo, visiblemente emocionado, se limitaba a darle fuertes y repetidos abrazos. Si por algo pasará a la historia este sistema opresor —entre las muchas injusticias que ha establecido y exacerbado—, es por haber convertido a Cuba en una gran prisión durante más de cinco décadas.

Todo lo anterior tuvo lugar con motivo de las reformas que le hicieron a la histórica, discriminatoria e intransigente ley migratoria anterior, por otra dictada el 16 de octubre del pasado año, que entró en vigor este 14 de enero de 2013. No obstante, el nuevo decreto continúa violando los derechos de los cubanos que piensan diferente de la línea política y monopartidista estatal, lo que la convierte, a pesar del inédito viso aperturista en cincuenticuatro años de totalitarismo en Cuba, en una ley discriminatoria más. De cualquier manera, si algo le pudiéramos señalar de positivo, es que muchos nuestros conciudadanos podrán entrar y salir de su país con más libertad, como es su derecho reconocido y establecido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamados por las Naciones Unidas en 1948.

El departamento de inmigración municipal de Diez de Octubre, que está ubicado en Vista Alegre, esquina a Juan Delgado, históricamente ha permanecido —igual que todos— abarrotado de personas que sueñan con viajar hacia cualquier parte donde no haya una atmósfera enrarecida de control, prohibiciones, vigilancia, delaciones y totalitarismo.

Siempre me ha resultado triste ver a mis compatriotas dormir en los alrededores de esos lugares para tener uno de los primeros turnos al día siguiente y resolver temprano su gestión. Muchos de ellos se marchan para no volver. El abuso reiterado durante tantos años por el gobierno contra sus ciudadanos, le está pasando hace rato la cuenta a esta nación, que tiene una diáspora de alrededor de dos millones en un país de once. El régimen dictatorial cubano siempre quiso que los trabajadores y ciudadanos mediante el chantaje, entraran obedientes por el carril de las autoridades en espera compensatoria de que «el estado los viajara». Usaron durante años el derecho a viajar como prebenda para premiar —según sus necesidades e intereses— a sus cuadros y seguidores que les convenía contentar.

Es el sino de muchos países del tercer mundo, con sus prolongadas dictaduras e indefensión, que hace que las poblaciones de sus países se marchen en desbandadas de desesperanza «de un régimen sin fin» para cualquier confín. Por eso es común escuchar a algunos en la calle afirmar que «se van hasta para Ruanda y Burundi». Es decir que no les importa su destino con tal de salir de Cuba.

Espero optimista por el amanecer en que el proceso se revierta, que dicten la ley que complemente a la existente, la cual propicie que los cubanos puedan retornar a su patria porque estén creadas las condiciones y establecidas todas las garantías ciudadanas. Ese será el alba en que levantaremos la bandera de cuadros de los derechos y libertades porque habremos dado un paso más hacia la meta de la democracia. Será también el día que mis compatriotas por fin dejarán de relacionar un viaje al exterior con ganarse el premio gordo de una lotería.

Acerca de Rosamaría Rodríguez Torrado

La rosa descalza, es el blog de una cubana que emite sus opiniones a rostro desnudo desde La Habana, Cuba. Una rosa sin máscaras...
Esta entrada fue publicada en Política y etiquetada , , , , , , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

2 respuestas a Sin candados en los pasaportes

  1. Armienne la Puta
    ¿Apertura? ¿Cambio? No hay cambio sino los que le convienen a la tirania para seguir viviendo como parasita de los cubanos que viven en el exterior.
    Habra cambios cuando se respeten a las personas, cesen la represion y las mordazas y los cubanos puedan goza de las libertades y derechos que los demas ciudadanos del mundo libre.
    No a las migajas y si a la libertad.

    Me gusta

  2. El Lapón Libre. dijo:

    Estimada Rosita de mis jardines (de libertad) !Qué post tan triste y, a la vez y hasta cierto punto, optimista; nos traes hoy! Doloroso por lo cruel de la circunstancia y -casi- positivo porque, al menos, un grupo de cubanos tendrá la posibilidad de salir hacia tierras de libres o camino a ellas, aunque éso no lo sea todo. Sé que estas alegrías, serán a medias, porque; lamentablemente, a muchos de estos afortunados de hoy, les espera un porvenir, de momento, muy incierto dadas la condiciones económicas poco favorables que hoy vive el mundo en general por estos días, pero, al menos; el camino hacia el éxito no está vedado. Habrá que trabajar mucho, pero ahora sí podrán ver como; poco a poco, con tesón y libertad, los sueños son posibles y vale la pena el sacrificio: Ahora el definitivo. Entonces sólo anhelar el día en que todos podamos volver sin restriciones para crear la Patria plural e inclusiva, que; en principio, será imperfecta, pero que no permitirá más que un grupito de insgnificantes hombres, le roben los derechos a todo un pueblo. ?Una quimera? Por qué no? He tenido un sueño…

    Me gusta

Deja un comentario