Adobo para ególatras


Artículo de Juventud RebeldeLlamó mi atención un artículo aparecido en Juventud Rebelde el domingo 6 de enero. Se me antojó un regalo de Reyes —aunque modesto—, escrito a mi gusto por su autor, Osviel Castro Medel. Con ese primer apellido muchos hubieran apostado a que tendría una opinión diametralmente opuesta a la expresada en el texto. El título de su trabajo es «Nocivos chicharrones» y alude a los aduladores que existen en todas las sociedades. Esos halagadores excesivos constituyen la salsa bien aderezada en el plato fuerte del jefe, el espejo mágico de Blanca Nieves para «babearle» a los superiores cuán competentes e «iluminados» son; como si en regímenes como el cubano, no bastara con las prebendas que proporcionan algunos puestos, sobre todo si son de carácter político.

El término más difundido para referirse a esas personas era el de ‹guatacas› —un intrumento agrícola que en otros países llaman azada—, quizás porque en su función de remover la tierra para el cultivo, la acción se realiza hacia el que maneja la herramienta, y a alguien se le ocurrió que el gesto es el equivalente de «para mí». Esa definición prendió en la lengua de este amasijo de islas y predominó hasta hace unos años, en que el argot popular le colgó otro sinónimo.

Los guatacones o chicharrones son la butaca donde se apoltronan los egos enfermizos de muchos dirigentes, a la vez que constituyen un veneno para la sociedad y un freno a la necesaria alternancia en el cargo. Son los lisonjeros de sus superiores como la piel sucia del cerdo, como una adiposidad adherida a su baja autoestima y a la práctica sin rasurar de su servilismo.

Por supuesto que el periodista, como trabaja en un medio de prensa oficial y posiblemente ha pasado por todas las pruebas ideológicas directas o indirectas para llegar ahí, no se atreve a señalar o a mencionar siquiera al personaje que en nuestro país institucionalizó la guataquería, gratificando a los chicharrones con viajes al extranjero, puestos de mayor respeto y remuneración, así como otros beneficios, con el fin de masificar ese negativo proceder.

En fin, después de arrancarle la tira del pellejo —como si se tratara de cerdos—, a las personas que acostumbran a realizar tales prácticas, podemos concluir que «los chicharrones son los triglicéridos (grasas malas) de todo colectivo o sociedad».

Acerca de Rosamaría Rodríguez Torrado

La rosa descalza, es el blog de una cubana que emite sus opiniones a rostro desnudo desde La Habana, Cuba. Una rosa sin máscaras...
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11 respuestas a Adobo para ególatras

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    Tienes razón mi amiga. Hay mucho chicharrón haciendo daño.

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  6. La guataqueria, culto a la personalidad, la institucionalizo en Cuba la tiranía castrista..

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  7. Toni Montana dijo:

    Leo Juventud rebelde cada dia y sobre todo la seccion Acuse de Recibo de Jose Alejandro Rodriguez. Creo es la seccion mas critica a lo que sucede en nuestro pais, lei el articulo de Osviel Castro y tambien leo el blog de Luis Sexto. No confio en ninguno de ellos ya saben porque.

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  8. Ramón Ojeda dijo:

    Sra.Rosa.
    Reciba con este saludo mis deseos de un prospero y feliz 2013.
    También me resultó llamativo ese artículo de Castro Medel, sin embargo, mi apreciación difiere de la de usted.
    No creo en el atrevimiento o arrebato -¿cívico? ¿ético?- de este joven periodista.
    Sabemos que en Cuba intramuros nada se mueve en la esfera oficial sin el visto bueno del poder, por eso, pienso que la prensa del régimen cumple la misión de realizar una operación cosmética para mejorar la imagen que respecto a la libertad de opinión proyecta el gobierno cubano ante la opinión pública nacional e internacional, aunque en este caso el tema de la guataquería o chicharronería es más para el consumo interno.
    Recuerdo la época en que Hector Zumbado publicó sus ´Limonadas´ y ´Riflexiones´ donde con su genial jocosidad criolla criticaba precisamente, entre muchos otros, ese desagradable vicio social. Según algunos, fueron aquellas simpáticas e inteligentes críticas -al estilo del látigo con cascabeles- las que a la postre le ganaron la ¨condena¨ al ostracismo.
    Creo que venir a ¨darse cuenta¨ tres o cuatro décadas más tarde que Zumbado por ejemplo, ni es novedad, ni síntoma positivo de salud cívica alguna.
    Usted certeramente señala que ´(…) nuestro país institucionalizó la guataquería, gratificando a los chicharrones con viajes al extranjero, puestos de mayor respeto y remuneración, así como otros beneficios, con el fin de masificar ese negativo proceder.¨ Dentro de los ´puestos de mayor respeto y remuneración´ se incluian, al menos cuando yo vivía en Cuba, las plazas de los órganos de prensa, muy especialmente las de periodistas, sobre todo si tenían la tarea de conformar opinión, tal cual los columnistas.
    ¿Es Castro Medel columnista de Juventud Rebelde? No deseo faltar el respeto a ese joven que no conozco, pero si la respuesta es afirmativa voy a sospechar que tal vez, ese puesto de la mayor confianza oficial, pudo haber sido adquirido mediante el método que quizás, le autorizaron criticar en el artículo de marras.

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