Otro Pedro Navaja

Imagen tomada de: mao-en-el-corazon.blogspot.com

El domingo 27 de noviembre, amanecimos con la noticia roja de un occiso en el barrio. En la cuadra de Goicuría, entre Freyre de Andrade y Espadero, en la Víbora, La Habana, lapidaron a un hombre que dicen que tenía una mala actitud social. Poco pude averiguar, porque los vecinos —dado el hermetismo de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR)— desconocían los pormenores del caso. La población de los alrededores, no le dio mucho calor al hecho, pues estaba molesta porque habían llegado los huevos a la bodega y no los venderían hasta el día siguiente. Así que pasó de la conmoción a la indignación en el breve lapso de una pedrada.

Mi barrio es bastante tranquilo —con la excepción conocida de una persona que extraditaron de los Estados Unidos hace años y que hoy está escondida por apuñalar al jefe de sector de la PNR—, por eso sorprendió a muchos la poca repercusión del acontecimiento entre los pobladores de la localidad. Dos o tres horas bastaron para esparcir la noticia de la muerte de este Pedro Navaja*; transcurrido ese tiempo, se disgregaron en la búsqueda del plato del almuerzo, la proteína requerida (o algo parecido) y algún que otro vegetal para acompañarlo junto a la película dominical.

Algunos pudieran pensar que los cubanos somos indolentes, pero no es así. Es que no nos han dejado tiempo para mirar hacia otro lado cuando muchos de nuestros problemas no están resueltos y la mayoría de la sociedad de desgasta en la lucha por la sobrevivencia cotidiana y casi sin alicientes que no sean más allá de su horizonte patrio. Cuando tenemos un gobierno cuyos líderes —con pocos cambios biológico-estratégicos— son los mismos que desde hace más de medio siglo han estado ayudando al resto del mundo descuidando su propia casa nacional. El gobierno que nos ha «instruido» en soslayar los sucesos de la prensa amarillista capitalista para adormecernos en su propia crónica social, caudillista y política cotidiana. No obstante, espero que algún día podamos contar con una prensa libre donde se relaten sucesos como estos, entre muchos otros que resulten del interés de la población, y que tengamos la opción de «pasar la página» a otra de nuestra elección, así como pasaremos la de la historia de este largo proceso político que nos impusieron. Espero estar ahí para entonces, aunque seguramente —por la práctica reiterada de mi libertad de conciencia— la variedad y enfoque de los temas que aborde no sean diferentes de los actuales.

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* Pedro Navaja es el título de una canción de la autoría del salsero panameño Rubén Blades, que fue muy popular a finales de la década del 70.